lunes, 1 de octubre de 2012

Un clima laboral en Alerta Amarilla



La presión ejercida sobre una casilla se propaga en toda la superficie del tablero.


Juan Jose Arreola.


El viejo adagio de "El trabajo dignifica al hombre" está en crisis. El escenario para las realizaciones personales y profesionales se ha convertido en un campo para la intimidación, la inquina, la envidia, la marrullería y el servilismo. En las organizaciones los protagonismos personales se anteponen a los logros colectivos. Estas circunstancias se hacen más perversas en las instituciones públicas que agregan las perversiones de indolencia y descaro con un desfavorable impacto social. Claro que esto se comete con la sutil elegancia que distingue a un cargo directivo que ha hecho carrera de ascenso pisoteando subalternos. No se requieren muchos estudios para deducir quienes son los responsables del "calentamiento" del clima laboral en las organizaciones; valga decir que en Derechos Humanos también se acuña la expresión de "Alerta", del amarillo al rojo, para identificar los estados de situación violatoria de los DDHH. En las organizaciones los mandos medios suelen sumar a su incompetencia administrativa el desconocimiento en materia de comportamiento organizacional y de relaciones humanas. 

En los Centros de formación del SENA los cuestionables procesos de meritocracia tienen la costumbre de arrojar como resultado el nombramiento de unos subdirectores para pavonearse con aires de "Reina Blanca" en "El país de las maravillas", incapaces de ver y escuchar a sus subalternos a quienes tratan de simples peones. Esta realidad no es una fantasía ajedrecística de "Alicia a través del espejo", es un elusivo mecanismo de defensa que recurre a tácticas de avasallamiento para escudar su incompetencia. Su funcionamiento es simple: hacer sentir a los de abajo quién decide sobre su estabilidad laboral, social, familiar y emocional. Así, una tarea bajo presión y no satisfactoria, con su consecuente llamado de atención, humillante y descalificador, afecta la confianza profesional, acarrea el desespero, la depresión y hasta un circulo vicioso de agresión en el hogar. Esta es su premeditada y siniestra manera de ejercer presión sobre la casilla de un empleado para que se propague por todo el tablero de su vida. Tal vez nos equivoquemos generalizando este perfil, pero conocemos tantos casos de estos en el SENA que lo consideramos legión. Sin embargo a las probables excepciones a la regla pedimos excusas.  

Si los dirigentes de esta organización de clase mundial fuesen suficientemente competentes con sus responsabilidades administrativas poco les exigiríamos que supieran de psicología del comportamiento y que tuvieran buen trato en las relaciones humanas. No requerimos de sus charlas motivacionales porque estamos animados por altos ideales. No queremos aplausos ni estímulos porque nos satisface el trabajo honrado. No pretendemos ganar su amistad porque hemos decidido echar suerte con el pueblo.

Si hay algunos directivos que no comprenden que por ley natural tenemos derecho a "vivir lo mejor posible" y merecemos el trato cordial que se debe entre iguales, les invocamos los artículos 13, 17, 21 y 25 de la Constitución Política. Si ello no bastaré les pedimos a los afectados recurrir a la ley 1010 de 2006 para "prevenir, corregir y sancionar el acoso laboral y otros hostigamientos en el marco de las relaciones de trabajo". donde se documentará sobre las modalidades de acoso laboral, las conductas y circunstancias agravantes, y los procedimientos para su sanción.

Aunque hacemos énfasis en el acoso laboral de directivos a empleados, ya que es el que más afecta el clima laboral en el SENA, no dejamos de advertir sobre el matoneo entre compañeros del mismo nivel, incluso de ataques de sindicalistas contra empleados (véase el caso de Setrasena contra una de nuestras afiliadas). 

Invitamos a documentarse y a denunciar todo caso de acoso laboral pues la única manera de liberarnos del maltrato es derribando esas potestades y tronos donde quieren encumbrase los opresores.



Ver Ley 1010 de 2006
Comites de Convivencia Laboral
Matoneo Setrasena